
Después de la experiencia del pasado viaje a Cuba me apetecía cambiar de aires y visitar de nuevo la India, esta vez pude convencer a Mati para que me acompañara, pues no le convencía mucho. Así que visitamos de nuevo Rajastán , yo sabía que tenía que gustarle la zona por la suntuosidad de los palacios y mansiones. También visitamos la zona de Varanasi que era nueva para mi, donde estaba el río Ganges y las cremaciones nocturnas. Fue un viaje de diecisiete días, llegamos a Delhi y desde allí nos desplazamos en otro vuelo a Varanasi donde estuvimos tres noches para regresar de nuevo a Delhi y desde allí iniciar el circuito por Rajastán visitando las mismas ciudades del primer viaje de 2004.
En Varanasi nos hospedamos en el hotel Temples of Ganges, muy cerca del río y los ghats donde podíamos ir caminando perfectamente. Hacia mucho calor, era principios de abril y a media mañana teníamos que volver al hotel para poner el aire acondicionado y descansar un poco. Esta vez me llevé la Canon EOS 5 de formato digital con el objetivo de 17/40mm y la panorámica XPan II con la que hice solo cinco rollos de película en blanco y negro. Comenzaba a acostumbrarme al formato digital y me resultaba más cómodo, con la ventaja de poder elegir luego entre blanco y negro y color sin tener que llevar otra cámara. Además podías realizar mayor número de fotos sin miedo a quedarte sin película y a menor coste por supuesto.




Varanasi era una ciudad santa, allí casi todo el mundo era vegetariano y los restaurantes también, estaba prohibido el alcohol, pero en algunos lugares te servían la cerveza envuelta en una servilleta. Caminamos mucho por los alrededores del río y también por la ciudad, donde había un enorme bullicio de gente. Fue fantástico, una gran experiencia esta otra zona de la India.
Regresamos en otro vuelo a Delhi donde nos esperaba el guía que mi amigo Jesús Jaime me había recomendado, con él hicimos un circuito por Agra, Jaipur (dos noches), Pachewar (dos noches), Jodhpur, Jaisalmer (dos noches), Bikaner, Mandawa y Delhi.
Visitamos de nuevo el Taj Mahal, para que Mati lo viera, pues la foto que hice en el viaje anterior no la mejoraría en este, de todas formas hice algunas tomas más y también desde fuera, en la otra orilla, que no habíamos hecho en el anterior viaje. Después iniciamos camino hacia Jaipur para hacer noche allí. Las carreteras habían mejorado mucho desde el anterior viaje y Mirra, el chófer corría demasiado y no daba tiempo a parar por el camino, el estaba deseoso de llegar al lugar de destino y dejarnos caminar allí.




Al día siguiente visitamos Jaipur, la ciudad rosa y sus alrededores, el palacio Hawa Mahal, el fuerte de Amber y sus elefantes, también paramos en un poblado de gitanos donde estuvimos un buen rato haciendo fotos.
Al día siguiente partimos para Pachewar un pequeño poblado que Jesús me había recomendado, cercano a Jaipur donde nos quedamos dos noches y fue de lo más interesante y auténtico del viaje, sin problemas para fotografiar, al revés, la gente ya nos conocía y quería que le hiciéramos fotos a todos, en especial a los niños. Nos alojamos en el Fort Pachewar Garh, era un antiguo fuerte. Durante nuestra estancia asistimos a algunas manifestaciones y festejos que sucedieron.
Continuamos la ruta hacia Pushkar, que encontramos su enorme lago en obras, solo nos quedamos una noche y al siguiente día partimos hacia Jodhpur, la ciudad azul, donde recorrimos sus calles como de costumbre.
Desde allí nos trasladamos a Jaisalmer, para pasar allí dos noches, esta vez nos alojamos fuera de la fortificación. Allí al estar en las puertas del desierto el calor era insoportable. Visitamos la fortificación y también fuimos a los alrededores y al desierto cerca de Kuri.



El siguiente punto en el camino fue Bikaner, nos hospedamos en el Lallgarh Palace, un lujoso hotel de un Marajá, en el que conseguí un fantástico precio, pues solo habíamos dos parejas alojadas. Al día siguiente nos fuimos para Mandawa, por el camino paramos a realizar fotos durante un buen rato a un grupo de mujeres que estaban cogiendo el trigo, donde hice una de las fotos quizás más espectaculares del viaje, por su colorido y composición. Lo cierto es que ha tenido una gran aceptación y con ella tuve un importante premio en Salamanca que me “subvencionó” mi parte del viaje. En Mandawa nos alojamos también en un bonito hotel, el Mandawa Castle. Visitamos Fathepur, considerada Patrimonio de la Humanidad, cuyas casas tienen preciosas celosías y extraordinarias pinturas en su interior.
Iniciamos el camino de regreso a Delhi para poner punto final al viaje y regresar de nuevo a nuestro país. Dejando siempre la puerta abierta a futuros viajes, un país inmenso, con muchas posibilidades fotográficas y con precios bastantes accesibles, tanto en vuelos como en estancias.

